¿Vendes lo que sea con tal de vender?

Vender lo que sea con tal de vender y generar un ingreso para ti, no sólo hablaría de una falta de planeación, sino de una medida desesperada ante la falta de visión.

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El hecho de vender te brinda la oportunidad de conocer un segmento de clientes, aprender de sus necesidades, entender el contexto del mercado e incluso el uso de tu propio producto.

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De este modo, es esencial que, respetando la filosofía y objetivos de tu empresa, amplíes tu visión y te permitas que la venta sea el resultado de un trabajo integral desde el corazón de tu negocio.

Define a quién vendes

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Conocer a tus clientes potenciales y tener los elementos básicos para poder entender su perfil te permitirá, por ejemplo, saber el lenguaje ideal para crear mensajes atractivos desde su perspectiva o saber cuál es el canal por el cual tu producto puede ser más interesante, según su proyección profesional.

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Además, te permitirá comprender la forma en la que consumen tu producto u otros servicios relacionados al mercado.

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Saber sus limitaciones y alcances te dará un panorama más completo acerca de tu cliente, lo que se traduce en una especialización de tu segmento que podrás aprovechar.

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Tener desarrollado un perfil de tu consumidor te dará grandes ventajas, no sólo para vender, también para entender qué hay alrededor de tu producto o servicio que pueda mejorarse para distinguirte en el mercado o para sobresalir ante la competencia.

Conoce lo que necesitan tus clientes

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Esto va de la mano del punto anterior, una vez que tienes aterrizadas las características de la persona que te puede comprar, podrás encontrar con mayor facilidad las necesidades de tus clientes.

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Sí, esta es una oportunidad de venta, pero también te otorga las condiciones necesarias para trabajar en un vínculo con tu cliente. Esto te permite construir una relación más cercana, flexible y duradera, es decir, clientes cautivos, satisfechos y que no dudarán en recomendarte.

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“Crear una necesidad” es una de las principales metas de la publicidad, pero en esta era no basta crearla, se necesita conectar con tu clientela y es esta empatía la que puede hacer la diferencia entre tú y otro que ofrezca lo mismo que tú.

Diversifica tus productos

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Al asimilar el contexto en el que se encuentra tu cliente antes, durante y después de que usa el producto que adquirió, podrás ampliar los horizontes de tu negocio con menor rango de error.

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Es decir, tendrás todos los elementos para crear un abanico de servicios o productos para tus clientes potenciales, a diferencia de tener muchos productos para un amplio universo de clientes potenciales, recuerda el refrán: “El que mucho abarca poco aprieta”.

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Es mejor que ofrezcas los servicios y productos de calidad, que te actualices cuando sea necesario y mantengas tu cartera de clientes a que, por tratar de abarcar más y más, termines perdiendo clientes.

Ofrece soluciones atractivas

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A la mayoría de la gente le gusta saber que adquiere soluciones, no sólo sentir que compran.

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Cuando las personas se hacen de alguna herramienta para optimizar sus propios negocios, sienten que su dinero fue una buena inversión, ven lo que adquirieron como una solución que les da paz y/o agiliza algún proceso de su negocio o de su vida diaria.

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Trabaja en que esa sensación se mantenga y predomine en su compra. No les interesa verse como un cliente más, ellos quieren saberse buenos empresarios que toman decisiones correctas para su propio éxito o clientes cuidados por las marcas.

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Con esto queremos decir que no te conformes en vender, ofréceles, de forma atractiva, soluciones que les den seguridad y que mantengan el estatus de su compañía.